Aún es de noche en Cabeza
de Diego Gómez, el silencio se apodera del lugar en el que Miguel Zaballos
cuida a sus peculiares “Saltillos”. Sus toros disfrutan de los últimos
instantes de esta cálida noche de primavera, antes de que las labores de campo
den la bienvenida a otro nuevo día.
A lo lejos, por la
angosta carretera que une El Villar de los Álamos con esta pequeña pedanía de
Sando, aparece Miguel Zaballos con su picap blanca, “Puntualidad inglesa”,
suelta para recibirnos con su bondadosa personalidad.
Aún no vemos nada, es el sonido de las pisadas el que nos hace
adivinar la cercanía a la que se encuentran de nosotros los “saltillos” de
Miguel. Cada vez más madrugador, el sol comienza a dejarse ver y nos muestra la
silueta de los toros que tienen preparados para esta temporada. Las afiladas puntas
acarician el tenue sol y le ayudan a comenzar su jornada.
“El ganado bravo llegó a mi
familia casi por casualidad, mi abuelo era un tratante y se le presentó la
oportunidad de alquilar una finca en propiedad de Arguimiro Pérez Tabernero,
“Muchachos”, al tener ese trato con Argimiro, más tarde surgió la posibilidad
de comprarle unas vacas que él había comprado al Marqués de Saltillo y así
comenzamos. Esto fue en el año 1963 y mis hermanos y yo seguimos con el mismo
encaste”.
El trapío que muestra
la cabecera de camada es impresionante, con sus particulares hechuras. Han
creado un toro, que por su morfología, nada más verlo adivinas que está herrado
con la M redondeada que distingue a los pupilos de los Herederos de Don Miguel
Zaballos.
Los suaves rayos de
luz resbalan entre las hojas de las milenarias encinas para alumbrar la viveza
de la mirada de las vacas. El guardián del tropel de nombre “Tormento”-21, las
tiene acosadas, es un semental joven y no deja que nadie se acerque a sus
“novias”, las conduce y aparta hacia otro lugar del cercado en el que nuestra
presencia no las moleste, mientras que con su expresiva mirada nos invita a que
nosotros también nos apartemos.
“Nuestras vacas son muy finas, el
verdadero prototipo de vaca de nuestra ganadería es la que tiene el hocico
afilado y normalmente es cornipasa, una de las características que tienen
también es la expresión en las miradas, en el campo parece que se te va a
arrancar en cualquier momento, pero ya ves lo tranquilas que son. La
universidad de Madrid ha hecho un estudio y los resultados dicen que es lo más
puro de Saltillo que hay”. Nos cuenta Miguel.
La tranquilidad
empieza a reinar y la vacada comienza a mostrar su parte más natural. Algunos
becerros gozan del abrigo y cariño que sus madres les ofrecen, mientras que
otros, en una oportunidad de independencia, paladean los tenues pastos
primaverales o se frotan plácidamente en el tronco de una encina.
“Esta finca tiene unas 1.000
hectáreas, pero al bravo están destinadas unas 140. Es bastante uniforme, tiene
una parte de monte y otra de pasto, hacemos rotaciones en los cercados y así
guardamos la hierba para que nos dure más”.
“ La auto sostenibilidad del
ganado bravo es imposible, por eso tenemos otras 500 vacas mansas y otras
tantas de puro berrendo en colorado. Además estamos probando fecundaciones in
vitro para mejorar la producción. Nos tenemos que adaptar a las nuevas tecnologías”.
También han creado un
centro de ocio en torno al toro llamado “Faenas Camperas”, en el que muestran a
la gente su ecosistema.
El tractor que
raciona la comida ha pasado hace tiempo y alondras, gorriones y palomas
aprovechan los últimos granos de pienso que los imponentes Zaballos han
desperdiciado.
Los toros comienzan a
acostumbrarse a nuestra presencia y nos invitan a su intimidad, mostrando su
parte más vulnerable, el calor empieza a adormecerles, curiosa escena la que
presenciamos.
“El año pasado lidiamos un toro
en Céret, que salió de sobrero al que cortó una oreja Pérez Mota, y un novillo
en una concurso en Mont-de-Marsan, que gracias a él, nos han pedido un toro
para Vic Fezensac para el año que viene”. Prosigue.“ Si vuelves el año que viene te
diré lo mismo, que he lidiado uno o dos toros, ríe. Gracias a los festejos
populares podemos dar salida a todos nuestros toros, y además económicamente es
mucho más rentable”.
La entretenida
conversación continua en la pequeña sala que guarda los recuerdos más gloriosos
de la familia Zaballos. “ Los toreros nos tienen olvidados, es que
nuestros toros se mueven mucho, para bien o para mal, pero también tienen mucha
fijeza y humillación”. Al fondo, la cabeza de un novillo lidiado en
Ledesma “Era una novillada concurso, me traje su cabeza como premio al novillo
más bravo” sigue recordando “Ya que hablamos de Ledesma, Domingo López
Chaves, aprobó a uno de nuestros sementales “Escudero” dijo que era el toro más
bravo que había visto ese año”.
La jornada toca a su
fin y nos despedimos de Miguel, animándole a seguir con su dura labor. La falta
de diversidad en las ferias hace que poco a poco el Campo Charro se vaya
apagando, sus ganaderos, por afición al toro, siguen manteniendo estos encases que nos han
hecho creer que no son aptos para la lidia moderna. ¿Tiene que adaptarse el
toro al torero? O ¿ Es el torero el que tiene que adaptarse al toro?. En Cabeza
de Diego Gómez, siguen siendo los guardianes del encaste Saltillo, si algún día
los aires cambian, seguro que ellos estarán ahí para aportar su forma de sentir
la fiesta.